-¡Mario! ¿Sabes dónde está mi laboratorio?
- Te lo diré cuando me pagues los treinta y seis euros que me debes.
Mientras tanto, el Doctor estaba poniendo un huevo, pero en vez de huevo puso un tomate con ojos y piernas. El tomate no paraba de dar vueltas, era un bailón y cantaba:
La mano arriba
cintura sola
la media vuelta
soy un huevo duro.
Me voy al bar
al robot a buscar
que se ha perdido
no tiene un duro.
El doctor y el tomate se dirigieron al bar para rescatar al robot. En cuanto los vio, el robot le dijo a Mario:
- ¡Mariooooo! ¿Te gusta el pollo con tomate?
-¡Me encaaaaaanta!, dijo Mario.
- Pues coge a estos dos y cóbrate mi deuda.
El robot se quedó de cajero, el pollo de cocinero y el tomate de bailaor flamenco.
Texto colectivo 4º A
esamonse como molo se merece una ola oeeeeeeeeeeeeeee
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